MISSING PEOPLE

Que no me olvido

de ti Candela,
luz de
mis días raros
aparecida
tantas veces
de la nada
tu,

que fiestas

guardo yo en

mi azotea

de cada vez
que te encontré y
aunque lejos

aquí te espero

bobita
en el metro el bar o
aquella tienda
a que aparezcas
con tu alegría
simple fuente
de color.

UN GRILLO BAJO MI ÁRBOL

No se qué habrán echado
en las calles

hoy
que me saben las cosas
no se

si a sol a yerba a

buen humor.

Yo bien se que

no te tengo ni
parece que

por el momento

te vaya a tener

pero pensar solo en
morderte en
probarte en
tener cerca
tu olor
me basta

para que este día
acabe, con tu permiso,

en sonrisa
sobre el colchón.

GALLINAS SUELTAS

En mi azotea, los pararrayos
se van estirando
para frotarse entre las nubes.
Hoy hay jaleo en las alturas
y sobre el asfalto
rumores de estática
se erizan de piel a piel.

Que la tormenta
me pille guarecido
esperando el primer rayo
que me lances.

De momento

piel de gallina.

VENTANILLA Y PASILLO

Allá se fue
tras su maleta
mi hombre y
ocho horas
de indiferencia

salvadas por su

olor
aliento
codo
reflejo
de ventanilla
y el lenguaje
de su tos.

Adiós se fue,
con mi cigarro
en la sonrisa
y el amago
de un adiós
en las manos.

VIENEN DE LA GUERRA

¡Que alegría,

Soldadito,

verte llegar de la guerra

con tu fusil todavía en alto

y el olor a pólvora

reciente!

cuánto tiempo

cstuviste fuera,

qué poblada ya tenías la barba

de migas, de polvo,

dientes

y flores de la india

camufladas

por las patillas.

Vuelve pronto

¡y con la miel en los labios!

Que aquí te espero,

teniente,

con 1kg de poemas

nuevos.

LA PODA

Amanece en el hemisferio
Sur. Salgo al fresco,
bostezo
rascándome
la cabeza y
el pecho
por encima de la camiseta
rascando cada
pelo. Pellizco
un pezón
(estoy aquí)
los primeros rayos de sol
que se cuelan en mi jardín
me queman la garganta,
una vez más
bostezo
me estiro y
miro al frente.


ahí está mi
Árbol.


Con calma
cojo una banqueta
del porche y
bajo. Me siento
a contemplarlo
a menos de un metro
fumo despacio
el humo
acaricia cada rama;
sigue amaneciendo.
luego
levanto las tijeras
del suelo
cojo en mis manos

la primera rama

y empiezo
a podar.


A lo lejos,
la vaca despierta
y parece que me saluda.

MALETAS

Vuelvo a casa.

Me saludan mis recuerdos
suspendidos
como el polvo en la penumbra.

Resignado, abro las persianas.